Tendemos a pensar que todo el plástico que usamos puede reciclarse y por ello que somos unos ciudadanos ejemplares cuando vamos a tirar la basura y clasificamos cada uno de los envases plásticos que hemos usado en casa en el contendor amarillo. Es lo que nos han hecho creer para poder seguir vivideno en el modelo de consumismo desmesurado en el que vivimos actualmente y no nos sintamos mal por ello.
Pero la realidad es otra bien distinta. Reciclar el plástico, es, en primer lugar, una tarea muy costosa, y en segunda lugar, una tarea díficil. Según la Comisión Europea, solo un 30% del plástico se recoge para ser reciclado (que eso no significa que todo pueda llegar a ser reciclado). Es más, únicamente el 9% del plástico que se ha recogido desde 1950 para ser reciclado ha acabado reciclandose.
Por ejemplo, el PET utilizado en las botellas de bebidas es el plástico con mayor tasa de reciclaje y de los más sencillos de reciclar y aun así solo el 7% se recicla.
En cambio, los plásticos pequeños, por su tamaño y caracterísiticas, rara vez pueden llegar a reciclarse por problemas técnicos pero sobretodo económicos (no sale a cuenta...) Así que todos aquellos plásticos menores de 4-7 centímetros que en tu casa haces el esfuerzo de separar para que vayan adecuadamente al contendor amarillo y así puedan reciclarse, no lo harán, con mucha suerte se enviarán al vertedero o a incinerar.
Además, los distintos tipos de plástico no pueden reciclarse juntos por lo que se complica mucho esta tarea al tener que identificar y separar cada uno de ellos.
Cada vez que se recicla el plástico, éste se degrada en calidad. Así bien, cuando se consigue reciclarlo en muy pocas ocasiones se obtiene el mimso producto, por lo que se suelen obtener productos de inferior calidad y que, muchas veces, no van a poder reciclarse de nuevo. Solo el 2% es reciclado de forma efectiva, el resto es convertido en algun otro producto de plástico de peor calidad que no podrá reciclarse nunca más. Y así lo verifican los datos siguientes: En Europa, que después de Asia es el continente donde más plástico se produce, únicamente el 6% de este es provinente de material reciclado.
Fuente imagen: Greenpeace
La producción de plástico se ha disparado en los últimos 50 años. En 1964 se fabricaron 15 millones de toneladas de plástico, pero es que en 2014 se fabricaron nada más y nada menos que 311 millones de toneladas (tan solo en un año). Se estima que en 20 años la cifra será dos veces mayor y en 2050 cuatro veces más...
En los últimos 15 años se ha producido la mitad de todo el plástico que se ha fabricado en la historia y lamentablemente el 91% del mismo no ha sido reciclado. El problema no es el plástico, sino el uso irracional y desproporcionado que estamos haciendo de él. Hemos desarrollado una cultura del usar y tirar poco saludable tanto para la sociedad como para los océanos.
El vaso desechable que usaste hace 20 años durante 1 minuto sigue existiendo ahora mismo, y los que usaste después también.
Así que, aunque se inviertieran grandes cantidades de dinero en más plantas de reciclaje, el ritmo de uso del plástico que tenemos en la actualidad, en este mundo consumista, es totalmente inviable. No hay sistema de reciclaje que pueda gestionar este nivel de consumo sin tener consecuencias medioambientales.
Y a pesar de todos estos datos desoladores, así seguimos todos, dejándonos arrastrar por el consumismo que marca la sociedad sin pararnos a pensar si ello tiene sentido, sin pararnos a pensar que los pequeños actos son los que marcan la diferencia, que todos podemos contribuir a inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro. El simple hecho de ir al supermercado y coger o no una bolsa de plástico puede parecer un hecho insignificante, pero imagínate que conseguiríamos si ese hecho insignificante lo hicieran 160.000 personas cada segundo (que son la cantidad de bolsas de plástico que se utilizan a nivel mundial por segundo).
Así que queremos compartir contigo nuestra reflexión: Si no dejamos de comprarlo, nunca dejarán de fabricarlo.
Fuente imagen: WWF
Comments